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“La escasez que vivimos es solo un aviso de lo que vendrá si no conseguimos cambiar el modelo económico”
Se acerca el Black Friday, la jornada de descuentos y compras en las que millones de personas desbordan las tiendas en Estados Unidos y otros países, y sobre la fecha se cierne la sombra de la escasez. Lo mismo ocurre con las Navidades.
Las estanterías, físicas o virtuales, podrían no estar tan abastecidas como otros años o los tiempos de espera podrían ser más largos de lo habitual, advierten los expertos.
Para Alicia Valero, profesora titular en el Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Zaragoza y jefa del grupo de ecología industrial del Instituto CIRCE, la voracidad humana por las materias primas es en parte culpable de todo esto.
La crisis energética, los atascos en las cadenas de suministro y el cierre de fábricas durante la pandemia tienen para ella un denominador común: no hay recursos suficientes y esto va a crear serios problemas de abastecimiento en un futuro no muy lejano.
“Desde los años 70 hemos entrado en un gasto de déficit ecológico. En una generación consumiremos el doble que hoy y en 25 años habremos consumido tanto como en toda la historia del ser humano”, dice esta experta en eficiencia energética y ecología industrial.
Y como ejemplo pone que la falta de un solo componente está parando la producción de fábricas enteras de autos o de electrodomésticos.
En esta entrevista nos explica qué está pasando.

La población aumenta con una tasa del 1% anual y la falta de recursos se acentúa en torno a un 3% cada año. ¿Estamos abocados a una escasez permanente?
El problema está en que no podemos seguir basando la economía en el concepto del usar y tirar. Si seguimos por este ritmo de consumo exponencial, sí que estamos abocados a una escasez continua.
Si la población aumenta más o menos el 1% anual, pero las aspiraciones de cada individuo son la de consumir el triple, más o menos, estamos agotando los recursos a una tasa muy alta.
La forma en que extraemos los recursos desde principios del siglo XX nos lleva a pensar que hay bastantes materias primas que dentro de no muchos años tendrán un gran problema de suministro.
Hasta que no frenemos drásticamente esa curva de crecimiento continuo, vamos a seguir teniendo problemas de desabastecimiento de absolutamente todo.
Para revertir esta situación, hay que repensar el modelo. Para empezar, los productos tienen que utilizarse durante mucho más tiempo y tienen que estar pensados para ser recuperados al final de su vida útil.
Entonces, ¿el periodo de escasez en las tiendas que atravesamos ha llegado para quedarse? ¿Debemos acostumbrarnos a no encontrar lo que buscamos?
El coronavirus ha acentuado los problemas. Mientras estábamos confinados, nos dio por comprar muchos aparatos electrónicos para estar entretenidos y conectados. Pero muchas fábricas tuvieron que cerrar debido a problemas de contagios, lo que redujo la oferta.
A esto se ha sumado los cuellos de botella en la cadena de suministro. Estamos viendo cómo los barcos han sufrido colapsos y quizás también un poco de desorganización. Por lo tanto también hay problemas con las mercancías.
Todo esto unido al alto precio de la de los combustibles fósiles y de la electricidad ha provocado que hoy por hoy tengamos probablemente que renunciar a determinados electrodomésticos, consolas, muebles o textiles.
Pero esto es solo la punta del iceberg.

¿Por qué?
Porque si sigues investigando esos problemas puntuales, te das cuenta que realmente el problema de raíz es el desabastecimiento de las materias primas y así llevamos meses viéndolo por ejemplo, con los microchips de los vehículos.
Pero no solo de los vehículos eléctricos, sino de todos. Muy pocas fábricas son capaces de suministrar esos microchips, pero empezamos a oír que ni ellas pueden producirlos porque les falta suministros. Hay un desabastecimiento de materias primas.
La transición energética mundial en la que sustituimos los combustibles fósiles por energías renovables ha llevado a una menor inversión en el descubrimiento y explotación de nuevos yacimientos y esto se ha traducido en un aumento de los precios del gas y del diésel.
Y eso influye también, por ejemplo, en la producción de materias primas para la construcción.
Entonces está todo absolutamente relacionado con todo.
Hay que entender que a medida que agotamos los yacimientos, lo que ocurre es que se va encareciendo el proceso de producción: cuesta mucha más energía, mucha más agua, las empresas causan mucho más daño ambiental para extraer la siguiente unidad de producto.
Los recursos naturales tienen que ser muchísimo más caros.
Ahora mismo vemos cómo los precios han subido. Están por las nubes, pero es que deberían estarlo incluso mucho más porque son recursos escasos.

¿Crees que la sociedad está concienciada de que la Tierra tiene límites, de que los materiales pueden agotarse?
Está claro que hasta ahora no había conciencia. Parecía que todo era abundante y que comprábamos un artículo por internet y al día siguiente lo teníamos en casa.
De momento parece que todo que sigue así, aunque empezamos ya a detectar que las cosas no son infinitas.
Como dice mi padre, vivimos en un planeta finito, con deseos infinitos y esto no es sostenible. No ha habido conciencia en el pasado, pero poco a poco estamos viendo las orejas al lobo.
Los yacimientos son los que son y si seguimos extrayendo minerales a este ritmo, pues habrá problemas de desabastecimiento más pronto que tarde.
¿Cuáles son las predicciones?
Hemos detectado que para las estimaciones más optimistas de recursos minerales, los picos de gran parte de los elementos de la tabla periódica se alcanzarán antes de que acabe este siglo. Eso parece que son muchos años, pero qué son 60-70 años en la historia de la humanidad.
El problema es que si consideramos las reservas, es decir los yacimientos que existen y que podemos extraer de forma económicamente viable, los picos máximos se alcanzarán unos lustros antes.
¿Significa eso que vamos a agotar todas las minas?
No, no, porque seguir extrayendo será tan caro que se encontrarán minas sí, pero es probable que no sean económicamente viables con la tecnología de la que disponemos actualmente.

¿Qué cosas nos van a faltar en el futuro?
Te puedo decir cuáles son los elementos que nosotros hemos detectado que pueden estar en riesgo de no poderse suministrar al ritmo que se que se necesita hoy en día.
Dentro de estos materiales, pues encontramos elementos que son tan comunes como por ejemplo el cobre, que es fundamental para la electrificación, pero también otros elementos comunes, como por ejemplo el plomo.
También faltarán elementos que son muy importantes para las baterías y que por supuesto van a ser fundamentales para los coches eléctricos. Hablamos de litio, del cobalto, del manganeso o del níquel.
Faltarán elementos muy importantes para el despliegue de las energías renovables, como por ejemplo el teluro o el cadmio, que son fundamentales para los paneles fotovoltaicos, al menos para los más eficientes de última generación.
Hay elementos como el tántalo o el estaño que son fundamentales para la electrónica, para los microchips que están dentro de los condensadores, y ¿quién no tiene algo electrónico? Todos tenemos un teléfono móvil en el bolsillo. Para fabricarlos se necesitan esos dos elementos.
Otros minerales en riesgo son el galio o el indio. Ambos son fundamentales, por ejemplo, para la iluminación eficiente, los LEDs, pero también el indio, por ejemplo para que nuestros teléfonos sean táctiles y podamos movernos por las pantallas.
Si seguimos extrayendo de manera exponencial todos los elementos de la tabla periódica, tarde o temprano algo que ahora es abundante acabará siendo escaso.
¿La recuperación de materiales podría ser parte de la solución para revertir está curva de gasto exponencial?
Sí, desde luego que hay que ir hacia lo que se denomina la economía circular, aunque teniendo en cuenta que los límites termodinámicos nos impiden reciclar absolutamente todo.
Generamos basura electrónica continuamente, que se está apilando y que está generando daño medioambiental.
Deberíamos hacer uso de esa basura electrónica para disminuir o al menos tratar de atenuar el volumen anual de extracción de materias primas.
¿Cómo?
Aquí viene el problema.
Como no hemos pensado en el fin de vida de las cosas, no están diseñadas para poder ser recicladas. Por ejemplo, un teléfono móvil contiene 40 elementos en cantidades de miligramos o incluso nano gramos que son imposibles de reciclar funcionalmente y por lo tanto se pierden.
No hay modularidad en el diseño, no hay estándares que permitan recuperar los materiales escasos. Y esto es un problema gravísimo, porque si hay materiales que escasean, de algún sitio hay que sacarlos.

¿Para esto necesitaríamos un compromiso de las empresas, las industrias y los gobiernos no?
Si, pero primero necesitamos que la ciencia investigue tecnologías de separación. Vemos contantemente avances científicos con nuevos materiales, pero no hay avances científicos en la separación de los materiales.
Después de eso hay que invertir en grandes plantas que sean capaces de, con esta ciencia y tecnología, tratar de recuperar al máximo los materiales de los aparatos electrónicos. Las empresas, quizás obligadas por los gobiernos, tienen que hacer que esos productos sean modulares, robustos, fácilmente reciclables.

¿Qué países sufrirán más la falta de materiales y quienes serán los que menos?
Es que como estamos en un mundo globalizado, todos vamos a sufrir los problemas.
El más preparado para hacer frente a todo esto es China. A pesar de que también va a tener dificultades. Pero el gigante asiático tiene las grandes fábricas que no hemos querido tener en Europa porque contaminaban y porque además se producía de forma barata en China y así pues nos ahorramos la mano de obra.
Y luego, además, China tiene multitud de yacimientos en su propio territorio. Y si no tienen los recursos, compran cantidades de terreno ingentes, con minas en Latinoamérica o en África. Y si no tiene las minas, tiene el control de lo que producen otros, porque al final refina esos elementos y luego los vende al resto del mundo.
Así que Estados Unidos ha perdido la hegemonía hace tiempo.
Ahora la hegemonía del mundo no se mide por el número de misiles que tiene un país. Se mide por el número de materias primas que controla y, sin duda, China es desde hace ya varios años o décadas el primero del mundo en este sentido.
Fuente: bbc.com
Las inscripciones al “STEM LAC Women Founders Accelerator” estarán abiertas hasta el 12 de septiembre.
Google anunció el lanzamiento del programa para emprendedoras “STEM LAC Women Founders Accelerator” el cual busca promover el desarrollo de ecosistemas de emprendimiento e innovación liderados por mujeres, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la plataforma WeXchange.
Con esto, se espera poder incentivar a las mujeres a que emprendan nuevos proyectos de las ramas de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), en un contexto en donde “la distribución en este tipo de oficios es muy desigual”, según Google.
Serán seleccionadas hasta 20 startups de América Latina y el Caribe, que estén lideradas por mujeres y que trabajen en retos de negocios y tecnológicos para apoyar en la expansión de su negocio mediante múltiples sesiones de trabajo individuales y grupales, así como talleres en equipo. Puedes inscribirte en el siguiente link.
Además, se contará con el asesoramiento de expertos relevantes de la plataforma WeXchange y de la industria para llevar a cabo sesiones personalizadas que les permita a las emprendedoras conocer cómo hacer frente a diversos desafíos y puedan así hacer crecer su negocio.
También se incluirán talleres y sesiones específicas enfocadas en diseño de producto, adquisición de clientes y desarrollo de habilidades de liderazgo para las fundadoras.
Las startups seleccionadas podrán acceder a la red de mentores, expertos de la industria, inversores de fondos de capital y emprendedores de la red global de Google, WeXchange/BID Lab y Centraal, así como a oportunidades de visibilidad internacional.
“Esta iniciativa busca cerrar la brecha de género a través del impulso a proyectos de mujeres en toda la región. Hoy en día, es esencial hacerlo en ramas STEM, en donde aún queda un camino por recorrer en términos de inclusión”, anunció la compañía.

En ese sentido, el Foro Económico Mundial revela que la participación de mujeres en ramas de trabajo de inteligencia artificial, ingeniería y cómputo son de 26%, 15% y 12%, respectivamente.
Asimismo, según un estudio realizado por PageGroup, en América Latina (LAC) sólo el 20% de los cargos relacionados a áreas tecnológicas son ocupados por mujeres.
“El 2021 se ha definido como un año de reactivación, en el que las economías de América Latina se enfrentan al reto de reconstruir su crecimiento tras los efectos del covid-19. En este contexto, los emprendimientos juegan un papel crucial en el desarrollo de la empleabilidad y en el fortalecimiento de las economías de mediana y pequeña escala, representando más del 90% del tejido empresarial de LAC”, indicó Google en un comunicado.
Por ello, la empresa tecnológica considera “esencial” el apoyo a proyectos liderados y fundados por mujeres, que actualmente aporta de manera significativa a las economías de sus países. “Estas iniciativas han logrado romper barreras de género en la sociedad y han permitido ver un universo de posibilidades relacionadas a la tecnología y al bienestar”.
El LAC Women Founders Accelerator, cuya convocatoria estará abierta hasta el 12 de septiembre de 2021, sigue las prácticas de Google for Startups Accelerator. Se desarrollará con el apoyo de Centraal, hub de emprendimiento mexicano, y se enfocará en apoyar proyectos que ya han demostrado una presencia y un impacto en sus comunidades alrededor de LAC.
“Este es un año clave para el desarrollo de startups en LAC y por esto Google ha creado espacios para miles de iniciativas para ofrecer más y mejores oportunidades en la región. Desde luego, para consolidar a los emprendimientos de la región es necesario eliminar obstáculos y romper barreras”, concluyó la compañía.
Este proyecto se suma a pasadas iniciativas de Google, que buscan apoyar a emprendedores de la región desde diferentes ópticas, como por ejemplo el ciclo de entrenamientos gratuitos para emprendedoras que se desarrolló entre el 1 y el 4 de marzo a través de YouTube con motivo del Día Internacional de Mujer; o el “Desafío de Impacto Global”, convocatoria orientada a mujeres y niñas que proporcionó un financiamiento de 25 millones de dólares a organizaciones sin fines de lucro de todo el mundo, centradas en el empoderamiento económico femenino.
Fuente: andina.pe
Las empresas nacionales se han visto en la necesidad de replantear sus estrategias, con la finalidad de evolucionar a una nueva era, donde predomine lo digital.
Es un hecho que en los últimos años el proceso de transformación digital se ha ido popularizando en diversas áreas con gran aceptación a nivel global. Sin embargo, con la llegada del COVID-19, se reconoce una visible aceleración en la evolución y el posicionamiento de la tecnología como herramienta fundamental para afrontar los nuevos retos que la actual pandemia ha trazado.
En ese sentido, las empresas nacionales se han visto en la necesidad de replantear sus estrategias, con la finalidad de evolucionar a una nueva era, donde predomine lo digital. Para evidenciar dicha transición tecnológica en el área de negocios, Digiflow, empresa de transformación digital de la Cámara de Comercio de Lima, realizó una encuesta a nivel nacional, con el objetivo de dar a conocer el comportamiento del emprendedor tecnológico a raíz de la pandemia.
A partir de ello, se identifica que cerca del 75% de encuestados aplican herramientas tecnológicas en su emprendimiento y que, mediante el rango de edad, los emprendedores con mayor uso y adaptación digital se encuentran entre los 26 a 40 años (54%). Seguidamente, se sitúan los usuarios de negocios de 41 a más (33%), y finalmente los jóvenes de 18 a 26 (13%). En el caso del dato de género, nos dice que el 53% son mujeres y el 47% hombres.
Si bien esta revolución digital garantiza sistemas de trabajo óptimos y exitosos, reflejados en resultados concretos como el ahorro en costos, la productividad en el trabajo y la capacidad de captar nuevos clientes. En el Perú persisten algunas brechas tecnológicas para un grupo de empresarios, quienes aún mantienen resistencia para convertirse en líderes digitales.
Las principales razones de esta oposición a la modernidad empresarial comprenden la naturaleza tradicional del negocio (50%), la falta de capacitación digital del emprendedor (13%), la dificultad de los clientes en entender las nuevas tecnologías del negocio (13%), la inaccesibilidad (13%) y, por último, el temor a la filtración de información privada de la empresa (12.3%).

¿Qué medidas debe tomar el nuevo gobierno para que se incremente la confianza en la digitalización?
“La era digital facilita el desarrollo progresivo de los emprendimientos peruanos y a su vez permite una recuperación económica sostenible de estos, a raíz de la crisis sanitaria y el constante riesgo de quiebre por el que muchas empresas se han visto obligadas a enfrentar”, afirma Renzo León-Velarde, gerente general de Digiflow. Desde este corporativo digital, se tiene como objetivo incentivar la adopción de herramientas modernas para los emprendimientos, en vías de un desarrollo sustentable y más rentable.
Por ello, en base al estudio realizado, se reconocen cuáles serían las facilidades de digitalización que el nuevo Gobierno debería brindar a los empresarios peruanos.
A pesar de que el 77% de los emprendedores digitales cree que el nuevo mandatario seguirá incentivando el apoyo a la digitalización, para los empresarios tradicionales es necesario que desde el Estado se formulen nuevas disposiciones, que faciliten su adaptación y avalen su confianza en la metodología digital.
El 50% de los encuestados señalan que es indispensable que se determinen precios apropiados para las empresas tradicionales. El 25% apuesta por una capacitación integral y eficiente. El 13% sostiene que lo esencial de la digitalización es la inyección de fondos, mientras que el otro 13% sostiene que el sentimiento de seguridad de la información es el pilar fundamental para poder incursionar en el ecosistema de negocios tecnológicos.
Fuente: peru21.pe
Negocio alternativo: Las cabinas prepago para los que ya no soportan trabajar desde casa
La cabinas vienen completas con gel y toallas antisépticas. Foto: Tim Mcdonald
¿No te gusta trabajar desde casa?
Por supuesto que tiene sus ventajas, pero hay quienes lo encuentran aislante. Están hartos de estar sentados en su apartamento y prefieren interactuar cara a cara con sus colegas.
Además están las interminables reuniones en Zoom y, en mi caso, no hay mucha oferta para salir a almorzar cerca de mi casa.
Vivo en Singapur, donde es imposible escapar el ruido de las construcciones y no quiero ni pensar en el día cuando los obreros empiecen a demoler el edificio de enfrente, o cuando los vecinos empiecen a renovar su cocina.
Para prepararme para eso, probé un nuevo espacio de trabajo. Un escritorio en una cabina instalada en el centro comercial más cercano que se paga por minuto de uso.
Las cabinas, que cuestan menos de US$3 por hora, fueron creadas por una empresa llamada Switch.
Son un concepto similar a las cabinas que desde hace unos años se encuentran en Japón, donde unas compañías como Telecube y Cocodesk las han colocado en las estaciones de metro, lobbies de hoteles y tiendas.
Sin embargo, la principal competencia de Switch en Singapur parece ser Starbucks, o cualquier otra cafetería con wifi gratis.
La cabina es un espacio de trabajo aceptable, funcional y muy compacto. Con wifi y ventilador. La silla es cómoda, pero nada especial. La luz superior no es extrema. La decoración en gris y blanco no es muy estimulante, pero tampoco distrae.
No obstante, para mí, su principal atractivo es que no es mi sala. Dominic Penaloza, el fundador de Switch, está de acuerdo con eso.

“Definitivamente, parte del valor de la propuesta de las cabinas es la distancia psicológica que se crea al establecer una separación física entre el trabajo y la casa”, señala.
Por otra parte, aunque esté harto de mi apartamento, salir también es una molestia. Llegar hasta una cabina me tomó un pequeño viaje en tren y luego caminar alrededor del centro comercial en el calor tropical hasta encontrar una entrada abierta antes de las diez de la mañana.
Luego tuve que registrarme para entrar con una app de rastreo de contactos, y luego otra vez al llegar a la cabina, donde también usé la app de Switch. Una vez adentro de la cabina, la mascarilla seguía siendo obligatoria.
Esos no son asuntos muy problemáticos, pero requieren más esfuerzo que caminar de mi dormitorio a la sala.
Hasta ahora, Switch ha abierto más de 60 cabinas en Singapur. Estas se suman a los 3.500 escritorios que tiene en alquiler en oficinas de trabajo compartido, que son la manera más común de arrendar un lugar donde laborar.
Switch planea colocar muchas más cabinas por toda esta ciudad-estado. Además aspira a expandirse en el extranjero.
Penaloza explica que ofrece flexibilidad según la demanda que “significa que sólo pagas por lo que usas, y las puedes utilizar donde y cuando necesites”.
Mientras asegura que las cabinas de su empresa existirían sin covid-19, la pandemia creó una razón más obvia.

Una reciente encuesta internacional sugiere que la mayoría de empleadores adoptarán un modelo de trabajo híbrido cuando la pandemia llegue a su fin -el personal podrá seguir trabajando parte del tiempo desde casa.
Sin embargo, el trabajo en casa plantea la pregunta de quién paga por qué. Por ejemplo, si los empleados trabajan en la mesa de la cocina o en un estudio, ¿debería la compañía pagar por su conexión de internet o por sus sillas ergonómicas?
Switch cree que sus cabinas ofrecen una solución y algunos de sus clientes corporativos ya les permiten a sus empleados pasar el costo del uso de las cabinas a la compañía.
El experto en trabajo remoto Prithwiraj Choudhury indica que las cabinas de Switch llevan el concepto a la “siguiente etapa”.
Choudhury, un profesor de la Escuela de Economía de Harvard, dice que el trabajo remoto ya estaba creciendo en popularidad antes de la pandemia.
Pone el ejemplo de Tulsa Remote, que empezó en 2018 con miras a revitalizar esa ciudad en el estado de Oklahoma ofreciendo a trabajadores remotos hasta US$10.000 para mudarse allí.
Otra empresa, MobSquab, ayuda a las compañías de tecnología a localizar empleados internacionales que tienen dificultades consiguiendo una visa de trabajo para EE.UU., desde Canadá, donde trabajan remotamente. Esta también empezó hace tres años.

El profesor Choudhury piensa que las cabinas podrían crear otro nivel de flexibilidad para este tipo de organizaciones, que frecuentemente dependen de colocar empleados en un típico espacio compartido de trabajo.
“Estas cabinas llevan este concepto a la siguiente etapa y les dan la oportunidad a los trabajadores que quieren trabajar desde cualquier parte de hacerlo así”, comenta.
Pero, ¿podrían tener éxito en Europa y Norteamérica, donde la mayoría de los empleados están acostumbrados a trabajar en espacios más amplios?
Jess Barker, una psicóloga empresarial, cree que podrían ganar popularidad entre aquellos que están buscando una alternativa barata a trabajar desde casa.
“La diferencias culturales podrían significar que los occidentales tendrían que adaptarse a estos espacios compactos de trabajo”, dice. “Y aunque me pregunto si tendré que retirar la taza de café a medio llenar del anterior ocupante, realmente estoy interesada en probar una cabina”.
Se debe mencionar que no se permiten bebidas ni comidas en la cabinas Switch, y se espera que los clientes las limpien después de usarlas, aunque no hay personal disponible que controle el cumplimiento de esas reglas. Switch dice que el “proveedor del espacio” es responsable de la limpieza que, en el caso de la cabina que visité, era el operador del centro comercial.
Otro psicólogo empresarial de Reino Unido, Stuart Duff, socio de la empresa de capacitación gerencial Pearn Kandola, también cree que las cabinas ganarán adeptos. “A medida que crece nuestra necesidad de espacios de trabajo privados y baratos, nuestra preocupación con el tamaño y espacio quedará a un lado a favor de la privacidad y la conveniencia”.
A partir de mi propia experiencia, la cabina en el centro comercial de Singapur fue un buen lugar para trabajar una o dos horas. Después empezaron a abrir las tiendas y los empleados de la tienda de electrónicos de al lado tuvieron que apagar un sinfín de alarmas, hasta que encendieron la música.
El volumen no era tan alto como para hacer el trabajo imposible, pero sí lo suficientemente duro para que mi app Shazam (que identifica canciones) me informó que estaba escuchando a las estrellas de pop Demi Lovato y Cardi B.
Cuando me fui, vi a un hombre salir aturdido de la cabina de al lado. Sacudió la cabeza, se quejó de la música y se marchó. Me sentí igual. Una de las razones por las que había venido era para escapar del ruido de los vecinos.
Aun así, las cabinas son potencialmente útiles. Consideraría usar una otra vez, pero tal vez no la misma.
Fuente: bbc.com
Desde Shanghái hasta Chancay: Perú acoge el primer puerto operado por una empresa china en América del Sur
Gobierno y empresarios peruanos están unidos en su visión del futuro puerto de Chancay, la primera inversión china en el ámbito portuario en Sudamérica, con la que esperan impulsar la competitividad logística de Perú. La instalación –a cargo de Cosco Shipping Ports– estaría lista en solo tres años.
En el mundo naviero se denomina E3 al barco super-pospánamax porque tiene las tres B, o en este caso las 3 “es” que busca el comercio: economía, eficiencia y ambiente (environment).
Pero ese gigante de los mares rara vez ha pasado más al sur del Canal de Panamá. Más bien se mueve por el canal de Suez, las aguas del Atlántico y cuando se trata del Pacífico, sus rutas solo son entre Asia y América del Norte. Y la razón es solamente práctica: ningún puerto sudamericano es capaz de dar cabida a sus 400 metros de eslora, 59 de manga y 17 metros de calado que les permiten transportar hasta 18.000 contenedores.
Eso cambiaría diametralmente cuando inicie operaciones en 2024 el puerto de Chancay, una instalación portuaria que se desarrolla hoy al norte de Lima, a 70 kilómetros de la capital.
“Que lleguen los Triple E de Asia directamente permite traer carga hacia la zona central de Perú y de ahí redistribuir a través de otras naves menores hacia el sur: Chile, Ecuador, Colombia”, explica a América Economía Guillermo Bouroncle, gerente general de la Autoridad Portuaria Nacional (APN).
El objetivo del futuro puerto será movilizar alrededor de 1,5 millones de contenedores (TEU) por año, con la promesa de generar crecimiento en el comercio exterior nacional y dinamizar de paso a la zona conocida como Lima Provincias, con cerca de 10.000 nuevos empleos.
“Aunque en Callao tenemos a DP World y APM Terminals [operadores de terminales de talla mundial]; no hay que olvidar que ahí tenemos un grave problema de congestionamiento. Dado el crecimiento de la capital, el puerto quedó incrustado en la ciudad y eso nos genera ineficiencias. Entonces Chancay es un complemento. Tiene esa visión de hub regional y habrá efectivamente atención de carga local para descongestionar parte de Callao [que movió en 2020 poco más de 2 millones de contenedores (TEU)]. Esa es la intención, más que ser competencia para la zona influencia Lima-Callao”, agrega Bouroncle.
Pero a diferencia de otros puertos de titularidad y uso público, concesionados como Salaverry (en la región La Libertad), Paita (en Piura, al norte de Perú), o las mismas terminales DP World y APM Terminals, se trata de un proyecto de titularidad privada.
“El titular es dueño de la parte de tierra y paga derecho por exclusividad de la parte acuática y, a diferencia de los contratos de asociaciones público-privadas (APP), al ser privado ellos asumen todo el riesgo. Pero al ser de uso público, atenderá diferentes empresas y personas que requieran el terminal para operaciones de importación, exportación y logística”, precisa el gerente General de la ANP.
Será una instalación bajo el modelo de landlord port, donde quien desarrolla la infraestructura –en este caso la compañía china Cosco Shipping Port– tiene la integración vertical: un monopolio dentro del terminal portuario para poder dar, de manera exclusiva, todos estos servicios. Así se consolida en un administrador portuario que también es operador portuario.

“Lo vemos como una pieza clave para aumentar nuestra competitividad logística”, dice respecto a la promesa de Chancay Xavier Montes, gerente de facilitación de comercio en Comex, una de las sociedades peruanas de comercio que agrupa a importadores y exportadores. Por ejemplo, las naves que hoy demoran unos 45 días en llegar desde Asia a Sudamérica podrían hacerlo en solo 22.
Una promesa que surgió hace 13 años, con la idea que tuvo el almirante Juan Ribaudo, propietario de las pesqueras Ribaudo y Diamante y dueño de los terrenos donde se emplazará el terminal.
Ribaudo encontró un socio en Volcan, una de las mineras más importantes del país y la más relevante en plata y zinc, que buscaba diversificar sus inversiones hacia otros minerales, como cobre y molibdeno, además de reconocer intenciones de adquirir otras compañías. Y con ellos crea en 2011 la empresa Terminales Portuarios Chancay, que inicia el desarrollo para la construcción del proyecto. “Tras su muerte, en 2016, Volcan –hoy de Glencore– adquiere el 100% de la propiedad del proyecto”, explica el Almirante Carlos Tejada Mera, gerente general adjunto de la iniciativa.
Luego Volcan buscó a su vez un socio estratégico fuera de Perú para desarrollar el puerto. Así, la china Cosco ingresó en enero de 2019. La firma que oficializó esta alianza se realizó mediáticamente durante el Foro Económico de Davos: Cosco ingresó con un pago de US$ 225 millones y el 60% de las acciones de la firma, que cambió su nombre en mayo de ese año a Cosco Shipping Port Chancay Perú. Volcan se quedó con el 40% restante.
Cosco (iniciales de China Ocean Shipping Company) no es una advenediza en estos temas: se trata de un holding que pertenece al gobierno chino, cuya naviera es la cuarta mayor naviera a nivel global en número de buques portacontenedores (con 130 unidades) y la mayor operadora de transporte marítimo de productos a granel.
“Cosco Shipping Port es parte de Cosco Shipping, parte del grupo Ocean Alliance, que transporta el 39% de la carga global de contenedores”, acota Tejada. “Cuenta con una cartera de terminales que cubre las cinco principales regiones portuarias de China continental, Sudeste de Asia, Medio Oriente, Europa, América del Sur y el Mediterráneo, operando y gestionando 297 terminales portuarias en 37 puertos en todo el mundo”.
Fuente: americaeconomia.com
El 16 de abril se celebra alrededor del mundo el Día Mundial del Emprendimiento.
Una fecha en la que te invitamos a reflexionar sobre el impacto y el valor que aportan a la sociedad los nuevos negocios que nacen y crecen día a día. Es un día, sobre todo, para celebrar a quienes no pueden detener sus pasos hasta ver su emprendimiento convertido en un gran negocio.
La crisis del COVID-19 ha subrayado la necesidad de innovación y avance en modelos como la inteligencia artificial, el internet de las cosas y la tecnología en sectores como en la salud, el comercio y la manufactura, sin embargo, la pandemia invita igualmente a continuar en la senda de aquellos que ya tienen recorrido un camino en el desarrollo de nuevas ideas.
¡Nuestro reconocimiento a esos valientes emprendedores!
Valeriana Evanan, artista y difusora del arte de las Tablas de Sarhua, afirmó que si bien la pandemia frustró las iniciales expectativas de venta para el año 2020 y para lo cual habían trabajado con meses de anticipación, no se quedó de brazos cruzados y, por el contrario, decidió trasmitir las tradiciones, costumbres y mitos que se narran en ese emblemático arte ayacuchano a través de las mascarillas, un elemento de protección sanitaria que se ha vuelto indispensable en la actualidad. ANDINA
La pandemia del covid-19 puso a prueba la capacidad de resiliencia y adaptación a las exigentes medidas sanitarias de emergencia adoptadas por las autoridades para evitar el contagio del nuevo coronavirus.
Fieles a una tradición histórica de creatividad, ingenio y resistencia innatas, los peruanos de todas las regiones no dejaron que la pandemia paralice sus proyectos. A pesar del enclaustramiento obligatorio de los primeros meses, pusieron en marcha emprendimientos en distintos rubros que llevan impreso el ADN creativo y resiliente de los peruanos y peruanas.
A continuación, algunos de los emprendimientos regionales que surgieron durante el azote del nuevo coronavirus.
Fideos antianemia a base de quinua y cuy
El ingeniero agroindustrial ayacuchano Aníbal Prado Condori creó una fórmula para producir fideos a base de quinua y cuy, dos superalimentos oriundos del Perú, que combaten la anemia y la desnutrición, y favorecen la alimentación saludable.

Dos fueron las circunstancias que gatillaron la ejecución de esta idea, pensada en principio para combatir la anemia de su esposa, pero también de la niñez ayacuchana que registró una prevalencia de 45%, y una tasa de desnutrición crónica de 17.3%, respectivamente.
Obtener la fórmula para producir los fideos no fue para nada fácil. Aníbal quería elaborar un producto diferenciado de los fideos tradicionales hechos a base de harina de trigo, huevo y agua. Ello, debido a que el consumo frecuente de pastas con estas características conlleva otro problema de salud: el sobrepeso. Y Aníbal presentaba ese problema. Con una talla de 1.77 metros llegó a pesar 95 kilos debido a una mala alimentación basada principalmente en comida chatarra y harinas.

Fue así que investigó en insumos alternativos al trigo. Encontró en la quinua, un cereal andino oriundo del Perú de gran valor nutricional, consumido desde tiempos ancestrales y que tiene en Ayacucho a uno de sus principales centros de cultivo.
Además de sus bondades nutritivas, este “grano de oro de los incas” tiene variedades (principalmente en colores blanco, rojo y negro) que lo convierten en uno de los superalimentos del Perú. Al reemplazar la quinua por el trigo, los fideos de Aníbal Prado se convierten en una alternativa alimenticia para personas celiacas; es decir, aquellas cuyo organismo no tolera el gluten, un conjunto de proteínas presentes en la harina de trigo.
Sin duda, la principal innovación en los fideos de Aníbal Prado está en la inclusión del cuy como uno de sus componentes esenciales. Este alimento animal, consumido desde tiempos ancestrales y de gran tradición gastronómica en el Perú, es aprovechado por el emprendedor ayacuchano casi en su totalidad, con excepción de las vísceras. De esta manera, se aprovecha lo mejor de su aporte nutricional, indicó.
Mascarillas inspiradas en las Tablas de Sarhua
Los integrantes de la Asociación de Artistas Populares de Sarhua (ADAPS) radicados en el distrito limeño de Chorrillos, vieron que su hermoso arte podía manifestarse no solo en las famosas tablas de madera, que constituyen su tradicional forma de presentación e identidad, pero que debido a la crisis tienen poca demanda, sino también en otro objeto muy utilizado y demandado en esta coyuntura: las mascarillas para prevenir el contagio del covid-19.

Valeriana Evanan, artista y difusora del arte de las Tablas de Sarhua, afirmó que si bien la pandemia frustró las iniciales expectativas de venta en el año 2020 y para lo cual habían trabajado con meses de anticipación, no se quedaron de brazos cruzados y, por el contrario, decidieron trasmitir las tradiciones, costumbres y mitos que se narran en las Tablas de Sarhua a través de las mascarillas, un elemento de protección sanitaria que se ha vuelto indispensable en la actualidad.

De esta manera, a pesar del menor espacio que ofrecen las mascarillas para los grabados y pinturas, los artistas ayacuchanos de ADAPS se las ingeniaron para seleccionar las imágenes más simbólicas, como las celebraciones del matrimonio y el cortejo de las parejas, que revelan sentimientos de amor, de fidelidad, de unión y de esperanza, muy significativos para enfrentar a la pandemia.

Otros motivos representados en las mascarillas son el bordado ayacuchano, con diseños de flores silvestres, así como animales emblemáticos como el cóndor, y personajes de la mitología ayacuchana.

Las técnicas empleadas para la representación gráfica son el grabado y la pintura. En el primer caso se dibuja y pinta previamente un pedazo de madera o cartón que después será colocado encima de la tela para grabarla con el diseño elegido. En el segundo caso, se dibuja y pinta directamente en el anverso de la mascarilla. En todos los casos se utilizan tintes naturales y orgánicos que no dañan la piel y perduran por mucho tiempo al soportar el lavado frecuente de la mascarilla.
Fuente: andina.pe