Manufactura, alimentos, retail y educación lideran la demanda de servicios de seguridad tercerizada por su nivel de digitalización, exposición al consumidor y sensibilidad al fraude/transacciones. América Latina es la región más afectada en ciberseguridad, logrando registrar en este primer semestre un equivalente a 400 ciberataques al día.
El mercado peruano de servicios de ciberseguridad alcanzó un valor de 223.4 millones de USD en 2024, pronosticando un crecimiento anual del 14.7% para el 2027, según el estudio Mercado de Servicios de TI, elaborado por IDC para SONDA. Este crecimiento ha sido impulsado principalmente por la demanda de servicios gestionados de seguridad (MSS), que representan el 52.3% del mercado, así como por la migración a la nube y la adopción de entornos híbridos.
Siguiendo esa misma línea, David Grández, gerente de Ciberseguridad & Cloud en SONDA, señala que Latinoamérica registra un promedio alarmante de 2,716 ataques cibernéticos semanales, lo que equivale a casi 400 ataques al día. Asimismo, resaltó que esta cifra es un 38% superior a la media mundial, posicionando a la región como un blanco prioritario para los ciberdelincuentes. Este panorama ha llevado a las empresas peruanas a priorizar la inversión en soluciones avanzadas de ciberseguridad para proteger sus activos digitales frente a amenazas cada vez más sofisticadas.
Sectores que vienen invirtiendo más en ciberseguridad
El crecimiento del mercado de ciberseguridad en Perú ha sido impulsado por sectores estratégicos con alta exposición a riesgos digitales y una creciente necesidad de protección. El sector financiero lidera la inversión, impulsado por proyectos que incorporan inteligencia artificial para fortalecer la seguridad y optimizar costos. Le siguen telecomunicaciones, gobierno, energía y recursos naturales, industrias que requieren soluciones avanzadas como Zero Trust, XDR/MDR e IDaaS (Identity as a Service), así como servicios gestionados, dada su complejidad operativa y nivel de riesgo.

Al mismo tiempo, sectores como manufactura, comercio minorista y educación vienen acelerando sus presupuestos en ciberseguridad, en respuesta a la digitalización de procesos críticos, el crecimiento del comercio electrónico y una mayor sensibilidad frente a fraudes y transacciones electrónicas. Estas industrias destacan por su rápida adopción de servicios tercerizados, que les permiten escalar sus capacidades de protección sin depender de talento especializado interno.
Tendencias en ciberseguridad
Entre las principales tendencias que están redefiniendo el mercado de ciberseguridad en Perú destacan, en primer lugar, los Servicios Gestionados de Seguridad (MSS) —como XDR, MDR, SOC-as-a-Service y CISO-as-a-Service—, valorados por su escalabilidad, eficiencia operativa y capacidad para suplir la escasez de talento especializado.
Asimismo, la inteligencia artificial (IA) está adquiriendo un rol protagónico al automatizar la protección de activos digitales, optimizar la detección de amenazas y reducir los tiempos de respuesta. Sin embargo, su adopción también plantea nuevos riesgos, especialmente relacionados con la gestión de datos sensibles y el uso de IA generativa sin marcos regulatorios claros.
Finalmente, el uso de tecnologías clave como IDaaS, Zero Trust, XDR/MDR, IoT Security y entornos multicloud se han vuelto esenciales para proteger ecosistemas cada vez más dispersos y heterogéneos. Estas tecnologías permiten a las empresas gestionar accesos, reducir superficies de ataque y asegurar la continuidad operativa frente a amenazas cada vez más sofisticadas.
Recomendaciones para las empresas
El mercado de ciberseguridad en Perú se consolida como uno de los más dinámicos de la región andina. La experiencia regional demuestra que las organizaciones más resilientes son aquellas que asumen la ciberseguridad como un ecosistema integral, no como una medida aislada.
Por ello, las empresas que incorporen la seguridad en su ADN estratégico, inviertan en la formación continua de sus equipos y adopten un enfoque proactivo basado en tecnologías clave no solo protegerán mejor sus activos, sino que transformarán la seguridad en una ventaja competitiva capaz de generar confianza en clientes, aliados e inversionistas.
Fuente: revistaeconomia.com