El mundo del consumo está atravesando una transformación profunda: ya no basta con cubrir necesidades básicas ni con ofrecer productos estandarizados. Hoy, tanto las personas como sus mascotas buscan experiencias más integrales, que combinen salud, bienestar emocional y conexión con sus valores. En este escenario, los animales de compañía han dejado de ser considerados un accesorio para ocupar un rol central en la vida familiar, y la industria responde con propuestas que apuntan a mejorar su calidad de vida.
Dos estudios elaborados por ADM, gigante global en nutrición humana y animal, aportan claves para entender este fenómeno. El Pet Insights Report y el Flavor & Color Outlook analizan cómo evolucionan las preferencias de consumo en distintos mercados internacionales y cuáles son las tendencias que marcan el futuro. Los informes subrayan cuatro pilares del cambio: bienestar integral, tecnología, memoria emocional y conexión humano-animal.
Las mascotas como miembros de la familia
El concepto de “humanización de las mascotas” ya no es una novedad, pero su alcance sigue creciendo. Cada vez más hogares consideran a los perros, gatos u otros animales de compañía como integrantes plenos de la familia, y esto se refleja en la disposición a invertir en productos que mejoren su salud física y emocional.
Según ADM, el 85% de los encuestados afirma que la nutrición y los suplementos son tan importantes para sus mascotas como para ellos mismos. Esto marca un cambio cultural: ya no se trata solo de dar alimento, sino de buscar fórmulas que promuevan longevidad, fortaleza inmunológica y bienestar general.

En América Latina, la tendencia se hace aún más evidente. En México, por ejemplo, el 90% de los dueños ha comprado al menos una vez productos destinados a cuidar el microbioma de sus animales, lo que muestra un interés creciente en la salud intestinal y en la prevención de enfermedades.
Este panorama también impulsa la personalización: cada vez más consumidores piden soluciones diseñadas para las necesidades específicas de su mascota, considerando variables como la raza, la edad o condiciones de salud particulares.
Accesibilidad y cautela en el consumo
A pesar de esta tendencia hacia lo premium y lo personalizado, los consumidores también muestran cautela. La inflación y las dificultades económicas obligan a buscar un equilibrio entre precio y calidad. Esto se traduce en un aumento en la demanda de versiones accesibles de productos funcionales, que no sacrifiquen los beneficios que aportan.
Como explica Paola Delgado De Nicola, directora de Marketing Pet Nutrition del Norte de Latinoamérica en ADM, el crecimiento del mercado responde directamente a la humanización de las mascotas:
“Ya no se trata solo de alimentarlas, sino de mejorar su calidad de vida y acompañarlas por más tiempo. Por eso, nuestras soluciones están respaldadas por la ciencia y adaptadas a estas nuevas demandas”.
El desafío de la industria es claro: ofrecer innovación y valor agregado sin perder de vista la necesidad de accesibilidad económica.
Alimentación sensorial: el vínculo entre sabor, memoria y emociones
El otro gran hallazgo de ADM surge del informe Flavor & Color Outlook, que analiza cómo el consumo de alimentos y bebidas para humanos está vinculado a factores emocionales y sensoriales.
La investigación revela que las personas buscan sabores que despierten recuerdos, especialmente aquellos asociados a la infancia o a momentos simples y auténticos. Esta “nostalgia gastronómica” convive con la necesidad de innovación, es decir, de reinterpretar esos sabores tradicionales con un toque moderno que los haga más atractivos y actuales.
Al mismo tiempo, los consumidores demandan productos que se adapten a su estilo de vida, a sus convicciones ambientales y a su presupuesto. Aquí, la tecnología desempeña un rol fundamental, permitiendo desarrollar propuestas más personalizadas y sostenibles.
Una de las tendencias más destacadas es el concepto de “bienestar eufórico”: los alimentos no solo deben nutrir, sino también mejorar el estado de ánimo y generar placer emocional. Así, la comida se convierte en una experiencia multisensorial capaz de influir en la salud mental y en la percepción de bienestar.
Como señala Flavia Inoue, gerente de marketing de bebidas de ADM:
“Hoy los consumidores no solo buscan satisfacer el hambre o la sed. Quieren experiencias significativas que conecten con sus emociones, que hablen de quiénes son y qué valoran. Gracias a la tecnología, la industria puede responder con soluciones únicas, personalizadas y con propósito”.

Lo más interesante de los estudios de ADM es que muestran cómo las tendencias de consumo humano y animal están cada vez más alineadas. Si las personas buscan alimentos naturales, sostenibles y personalizados, esperan lo mismo para sus mascotas.
Esto genera un círculo de retroalimentación: los dueños proyectan sus propios valores de salud y bienestar sobre sus animales de compañía, lo que impulsa la innovación en el mercado de nutrición animal. A la vez, la industria incorpora avances de la nutrición humana para aplicarlos en el ámbito veterinario, con fórmulas que promuevan digestión saludable, fortaleza inmunitaria y longevidad.
La conexión emocional también se vuelve un factor de peso. Compartir experiencias sensoriales y hábitos saludables con la mascota refuerza el vínculo afectivo y potencia la lealtad hacia marcas que entienden esta relación.
Las conclusiones de los informes de ADM son claras: los consumidores ya no se conforman con productos que cumplan una función básica. Tanto en su alimentación como en la de sus mascotas, buscan opciones que integren salud, sostenibilidad, personalización y experiencias emocionales.
Esto obliga a la industria del bienestar a adaptarse rápidamente. Las marcas que deseen mantenerse competitivas deberán escuchar con atención a los consumidores y diseñar propuestas que respondan a estas nuevas expectativas.
El crecimiento del mercado de nutrición animal es solo un ejemplo de cómo la humanización de las mascotas está redefiniendo sectores enteros. La alimentación, tanto para humanos como para animales, se concibe ahora como una herramienta para mejorar la calidad de vida, generar bienestar emocional y conectar con la identidad de quienes consumen.
El avance de estas tendencias confirma que la línea entre la nutrición humana y animal se vuelve cada vez más difusa. Lo que buscan los consumidores no es distinto de lo que esperan para sus mascotas: salud, felicidad, longevidad y conexión emocional.
De cara al futuro, la clave estará en combinar accesibilidad, innovación y propósito, para ofrecer soluciones que realmente acompañen las nuevas dinámicas familiares donde el bienestar ya no se entiende de manera individual, sino como una experiencia compartida entre personas y animales.
Fuente: america-retail.com